¿Sabéis que hemos viajado en el tiempo?
La sala mágica, más mágica que nunca, nos hizo volver al pasado para aprender un montón de cosas. Allí nos esperaba Chamán, una chica muy simpática que vivía en una cueva y llevaba una ropa muy rara.
Ella nos llevó a su cueva, entramos muy agachaditos con cuidado de no darnos en la cabeza y... ¡voilá! ¡Había un montón de cosas del pasado!
Nos enseñó a hacer fuego con dos palos y tuétano, frotando mucho las manos; y también con dos piedras, de las que salieron chispas, ¡cómo olía a chamusquina! Además, cuando el fuego se extinguía, usaban el carbón para pintar, ¡vaya dibujos más chulos que había hecho! Como en la prehistoria no había rotuladores, nos enseñó cómo hacía los colores machacando diferentes piedras, ¡y nos dejó pintar con sus pinturas! Para poder usarlas utilizamos plumas, palos y brochas hechas con pelo.
¡Mirad qué bien lo pasamos!
